El documento original de orientación científica fue publicado en 2007 y actualizado por primera vez en 2011. Desde entonces, el Panel de la EFSA sobre productos dietéticos, nutrición y alergias (NDA Panel) ha ido acumulando experiencia en la evaluación de claims. Sobre la base de esta experiencia, el Panel revisó en enero de este año su orientación científica general para la solicitud de health claims. Esta revisión ha hecho necesaria adaptar los existentes requisitos técnicos y científicos.
La revisión de la orientación científica pretende ayudar a los solicitantes en la preparación y presentación de sus solicitudes de autorización de declaraciones de propiedades saludables en alimentos. En esta guía se detallan los requisitos que los solicitantes deben cumplir e introduce un formato común como ayuda en la preparación de un expediente de solicitud bien estructurado.
En esta guía se describe la información y los datos científicos que deben ser incluidos en la solicitud, la jerarquía de los diferentes tipos de datos y diseños de estudios y las cuestiones clave que deben abordarse en la solicitud para corroborar la declaración de propiedad saludable.
Criterios de evaluación más adecuados
La actualización de esta guía revierte en un proceso de evaluación a priori más eficiente beneficiando tanto a los solicitantes como a los consumidores. Aún así, consideramos que la EFSA tiene pendiente la revisión de unos criterios de evaluación más adecuados.
Por ejemplo, a pesar de la gran incidencia y el coste económico derivado de las enfermedades óseas, la EFSA ha rechazado hasta la fecha todos los ingredientes implicados en la salud articular dado que los beneficios declarados no han sido demostrados en aplicación de los criterios requeridos. Hay evidencia científica de la implicación positiva de estos ingredientes en el mantenimiento de la salud ósea pero es imposible demostrar un efecto positivo concluyente en población sana según los requerimientos actuales de la EFSA, inadecuados por desproporcionados.
Mientras, no está permitido a los fabricantes de complementos alimenticios comunicar cuál es el beneficio del producto o para qué está destinado; salvo el estrecho margen que permite el Reglamento 1924/2006, o lo que todavía es peor: la existencia en el mercado de gran número de productos sin la más mínima información sobre su destino y utilidad.
Un enfoque más adecuado a las necesidades del consumidor, por parte de las instituciones europeas, permitiría a los consumidores tener acceso a información sobre los potenciales beneficios saludables de determinados ingredientes, siendo esto necesario en la toma de decisiones respecto a su alimentación, al tiempo que se protegen sus intereses económicos.