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Viernes, 09 Febrero 2018 13:04

Los probióticos. Revisión inmediata

La industria probiótica vuelve a movilizarse. IPA, la Asociación Internacional de Probióticos, considera que ya no puede demorarse más la reformulación del término “probiótico” y que hay que fijar unos criterios de supervisión y estándares universales para esta categoría en el mercado de los complementos alimenticios y dietéticos. Sólo así podrá garantizarse unos productos de calidad, seguros y eficaces a escala mundial.

IPA ha solicitado revisar a fondo la situación de los probióticos a nivel mundial con la finalidad de crear un marco más consistente y adaptado a la nueva realidad y demanda. En la pasada reunión del Comité del Codex sobre Nutrición y Alimentos para Usos Dietéticos Especiales, celebrada en Berlín, la entidad ha reclamado fijar unos criterios y definir unas directrices para la producción de productos probióticos con el objetivo de ayudar a las agencias reguladoras mundiales a elaborar sus propios métodos de supervisión.

Reformular el concepto “probiótico”

Un paso esencial y previo en este proceso incluye la redefinición del término probiótico que no ha variado desde la consulta realizada en 2001 a expertos promovida por la FAO y la OMS para la evaluación de propiedades nutricionales y de salud de los probióticos en alimentos. Desde entonces, se define probiótico como aquellos microorganismos vivos que, cuando se administran en cantidades adecuadas, confieren un beneficio en la salud.

Diecisiete años después, esta definición que sigue siendo respetada por la industria probiótica y por las comunidades científicas y entidades reguladoras, sólo proporciona, en opinión de IPA, una orientación muy general. Para la entidad, los avances tecnológicos y científicos que se han producido en este terreno requieren una reformulación del término para conseguir que, por ejemplo, dejen de venderse como probióticos determinados productos que no lo son.

Nuevo marco de referencia

En su momento, la consulta FAO /OMS de 2001 y el posterior Grupo de Trabajo de Expertos logró crear también una metodología para evaluar los probióticos y los criterios para justificar las declaraciones de propiedades saludables de los alimentos probióticos, pero no de los agentes bioterapéuticos ni de los probióticos no incluidos en los alimentos. Desde la Asociación se insiste en que es necesario revisar este marco inicial ante la proliferación de productos probióticos en el mercado y el hecho de que la ciencia respalde sus beneficios para la salud.

Sobre la necesidad de una industria probiótica más unificada, la entidad opina que la falta de armonización en la práctica industrial y legislativa acaba afectando no sólo a las empresas del sector sino también a los organismos reguladores y a los consumidores en cuanto a calidad, seguridad y etiquetado. IPA cree que un nuevo marco de referencia para los productos probióticos acabaría proporcionando una guía para que las agencias reguladoras avancen en su trabajo. Además, el establecimiento de requisitos globales acabaría satisfaciendo tanto a autoridades como a consumidores e industria y acabaría repercutiendo positivamente en el cliente final, su salud y bienestar.

Además de redefinir los probióticos y desarrollar y mejorar los criterios ya incorporados por la FAO/OMS, se pretende también trabajar para establecer criterios de seguridad y determinar umbrales de dosis efectivos.

El caso europeo

La petición de IPA y la voluntad de trabajar sobre este tema llega en un momento crítico a nivel europeo. La expansión de esta industria en la UE está limitada y experimenta un crecimiento menor que en el resto de continentes debido al problema normativo que existe y que prohíbe que la palabra “probiótico” se utilice en la etiqueta del producto. Según el reglamento de la UE sobre las declaraciones nutricionales y de propiedades saludables (1924/2006/CE), el propio término probiótico es considerado como una declaración de propiedad saludable no autorizada. La Comisión Europea considera que el término “probiótico” implica que el producto proporciona un beneficio para la salud, lo que podría inducir a error a los consumidores, a menos que pueda justificarse.

Esta restricción normativa ha provocado que, desde su aplicación en 2009 hasta el pasado año 2017, los yogures probióticos y la leche fermentada hayan perdido más de mil millones de euros en ventas, según datos de Euromonitor, mientras que durante el mismo periodo, en otras partes del mundo se ha experimentado un crecimiento de dos dígitos con incrementos del +49,1% en América Latina, +74,9% en Asía Pacífico y +135,5% en América del Norte. Mientras que la previsión es que el crecimiento continúe en estos mercados internacionales, IPA Europa estima una pérdida de ventas de productos probióticos de alrededor de 176,4 millones de euros en Austria, Bélgica, Alemania, Holanda y Reino Unido.

Desde Afepadi consideramos que los requisitos científicos excesivamente estrictos para los probióticos y la prohibición para usar el término “probiótico” resultante de la interpretación del Reglamento de la UE sobre declaraciones nutricionales y de propiedades saludables (1924/2006/CE) por parte de la Comisión Europea, está privando a la UE de innovación e inversión en un sector prometedor. Mantener esta situación va en contra de los objetivos declarados de la UE para mantener y promover el crecimiento económico y un trabajo de calidad. Por tanto, cualquier iniciativa que venga de entidades reconocidas como, en este caso IPA, que pueda acabar afectando positivamente a la industria probiótica europea contará con nuestro beneplácito.

Visto 7348 veces Modificado por última vez en Martes, 13 Febrero 2018 15:18

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